Casi sin darnos cuenta pasaron los meses y ha llegado el momento para rendir cuenta de nuestras actividades a lo largo del primer semestre de 2014.
En este lapso tratamos, ante todo, de facilitar a diversas personas con discapacidad los implementos necesarios para mitigar su problema, ya sea donándoles tales equipos o prestándolos por tiempo indefinido, o ayudándoles con préstamos para la adquisición de los mismos. De esta manera, obsequiamos una andadera a una persona mayor en Chiautla y pudimos poner a disposición de personas con discapacidad severa en Tepexpan y en Chiautla cuatro sillas de ruedas reclinables. Por otra parte pudimos facilitar a tres personas sillas de rueda extra ligeras que Noé Martínez, el técnico de nuestra confianza, logró adquirir en condiciones sumamente convenientes en los EUA. Este tipo de sillas confiere a los usuarios una mucho mayor movilidad y autonomía , ya que ellos mismos pueden ensamblarlas así como desarmarlas y guardarlas. Uno de ellos, gracias a este nuevo equipo, incluso tiene la intención de participar en actividades deportivas.
Como siempre, también en estos meses hubo gran demanda de colchones y cojines antiescaras, por lo que han quedado distribuidos todos los colchones Kubivent traídos de Alemania en 2012, así como un buen número adicional que se adquirieron o repararon localmente.
En principio habíamos programado varias excursiones de los internos del hospital de Tepexpan a museos o sitios arqueológicos, pero éstas lamentablemente se tuvieron que cancelar por falta de un medio de transporte idóneo.
Nuestra paciente consentida, Maricela Sánchez, sigue siendo atendida en el Hospital de Nutrición con miras a un nuevo trasplante de riñón en el futuro. Sin embargo, hasta tanto esto ocurra, tiene que dializarse tres veces por semana en Toluca, a casi dos horas de viaje del pueblo de San Antonio, aparte de que ella y sus padres tienen que presentarse a cada rato para trámites burocráticos en el hospital del IMSS que les corresponde en Atlacomulco. Todos estos traslado implican gastos de viaje excesivamente onerosos para esta familia de escasos recursos, por lo que nosotros a principio del año decidimos otorgarles una mensualidad para cubrir buena parte de este gasto. Lamentablemente nuestros ingresos durante los meses pasados fueron demasiado bajos como para seguir solventando un gasto mensual de varios miles de pesos, por lo que, a esta altura del año, nos vemos en la necesidad de recortar considerablemente este apoyo, para evitar el desequilibrio de nuestro presupuesto.
No queremos omitir aquí una muy grata noticia: a pesar de su precario estado de salud, Maricela no sólo logró terminar la Preparatoria sino además aprobó el examen de admisión en la Universidad de Ixtlahuaca, donde se inscribió en la carrera de psicología.
Para nuestro gran pesar, para otro de nuestros protegidos del pueblo de San Antonio de las Huertas acaba de concluir una etapa de atención extraordinariamente valiosa. Hace siete años conocimos a Omar, entonces un niño de seis años de edad, amarrado a la espalda de su madre o acurrucado apático en un rincón de la humilde casa. Había nacido con mielomelingocele y hasta esa edad era incapaz de moverse y mostraba notable atraso en todos los aspectos de su desarrollo; en el kinder del pueblo no lo habían. admitido, porque la educadora no podía atender a un niño en estas condiciones junto con el numeroso grupo de niños bajo su cuidado.
Afortunadamente logramos colocar a Omar en el Centro de rehabilitación infantil de las monjas vicentinas en Villa Coapa, donde alcanzó un notable desarrollo físico e intelectual. Es un muchacho muy despierto, con enorme curiosidad y entusiasmo por la lectura. Ha concluido el quinto año de primaria y está deseoso de seguir estudiando. Desgraciadamente ya no se puede quedar con las monjas vicentinas, porque en el centro, el límite de edad es de 12 años y ya se ha hecho una excepción con él, permitiéndole que se quedara un año más; pero ahora ha llegado el momento de ceder su lugar a otro niño necesitado de rehabilitación. En superficies lisas, Omar maneja con gran habilidad su silla de ruedas e incluso puede caminar un breve trecho con la ayuda de su aparato ortopédico y dos muletas. Sin embargo, estas habilidades adquiridas no bastan para recorrer la distancia de cerca de un kilómetro, por caminos accidentados y a menudo lodosos, que separan la choza de su madre de la escuela en su pueblo natal. Nuestro reto consiste ahora en encontrar una solución que, por una parte, le permita seguir estudiando (lo que, al menos en teoría, es su derecho e incluso su obligación), y por otra, acudir como mínimo cada dos meses a sesiones de rehabilitación, que la especialista que lo atendió hasta ahora ofreció darle gratuitamente. Esto último es muy importante, para que con el tiempo no se vayan a perder los avances alcanzados a costa de grandes esfuerzos en estos años, pero por ahora nos pone ante problemas logísticos graves.
Finalmente, sólo nos resta mencionar que seguimos apoyando a la joven Rocío, estudiante de enfermería, con una contribución a sus gastos de transporte y colegiatura y que ella nos reporta regularmente sobre su rendimiento en los estudios.
Para concluir, queremos agradecer de todo corazón a nuestros amigos, gracias a cuya generosidad podemos brindar nuestra modesta ayuda a personas necesitadas. Les aseguramos que siempre tenemos presente nuestro compromiso de justificar la confianza que depositan en nosotros, administrando con todo rigor y la mayor eficiencia los recursos. Así por ejemplo, ponemos nuestro orgullo en minimizar los gastos administrativos, que se reducen prácticamente a papelería y , ocasionalmente, gasolina, ya que todo el trabajo es realizado personalmente por nosotros.