Informe semestral de actividades 2013-2

San Antonio de las Huertas

A) Maricela

Después de que tuvimos que dar por hecho que había dejado de funcionar el riñón que hace tres años le fue donado a Maricela por su mamá, de modo que la joven tuvo que regresar a las  sesiones regulares de diálisis, gracias a la recomendación de una doctora amiga y de la Asocia­ción Ale logramos que Maricela fuese aceptada como paciente del Instituto Nacional de Nutri­ción.Muy impresionados observamos desde entonces la extraordinaria calidad – y calidez –  del servicio en esta prestigiada institución, en franco contraste con ciertas clínicas del IMSS, en las que indígenas, como nuestros amigos mazahuas,  en vez de ser atendidos a menudo son tratados  con un burocratismo grotesco que les hace la vida poco menos que imposible. Si bien por ahora Maricela tiene que asistir tres veces por semana a las sesiones de diálisis en el hospital del  IMSS in Toluca, todo su tratamiento está siendo supervisado por los médicos de Nutrición con miras a un nuevo trasplante de riñón en el futuro.  Por lo pronto, el mayor problema para la familia Sánchez radica en los gastos de transporte excesivamente onerosos para gente de escasos recursos. Tan solo los tres viajes semanales a las sesiones de diálisis  les cuestan cada uno 550 pesos, porque Maricela termina tan tarde por la noche que ya no hay transporte público y tiene que tomar un taxi para regresar al pueblo y poder ir a la escuela a la mañana siguiente. Y forzosamente tiene que ir a la escuela, porque si deja de estudiar el IMSS la da de baja y nuevamente se queda sin seguro. Por otra parte, la clínica del IMSS en Atlacomulco, que por la ubicación geográfica le corresponde a la familia Sánchez, y la de Toluca, donde se encuentra el médico a cargo del tratamiento de Maricela, tienen a la familia cautiva en un grotesco pingpong, llevando y trayendo papeles para recabar sellos con la supuesta finalidad de que a) se les conceda un subsidio de transporte y b) se le otorgue a Maricela la calidad de pensionada por invalidez. Sin embargo, cada viaje a Atlacomulco representa para ellos una erogación de 250 pesos  (lo que es más del doble del subsidio para viáticos  que le prometen) y cada viaje a Toluca les cuesta 150 pesos (aparte del costo del taxi en relación con las sesiones de diálisis). Evidentemente la familia no está en condiciones de asumir estos gastos, por lo que la Fundación los apoya en esta materia.

B) Otras actividades en San Antonio

Nuestra acción más importante en San Antonio consistió  el año pasado en la organización y facilitación del suministro de tanques higiénicos de agua y cisternas a un precio sumamente accesible. Al encontrar este contacto, nosotros ofrecimos en el pueblo que aparte de un anticipo  mínimo de cada familia interesada, la Fundación adelantaría el costo de los tanques y del transporte, para que los interesados puedan pagarlo en abonos según sus posibilidades.  La oferta fue aceptada con gran entusiasmo por  90 familias que están pagando responsablemente sus abonos.  De esta forma se entregaron en total 97 tanques y  6 cisternas con una capacidad de 1200 respectivamente  2800 l,  equipo que fue suministrado a tiempo para aprovechar todavía las precipitaciones  de la temporada de lluvia, muy limpias en esta apartada zona serrana,  y complementar así el precario abastecimiento de agua.

Aparte de esta acción, seguimos apoyando a las bordadoras, así como la producción de setas, que en la actual temporada de invierno se retarda algo a causa del frío en esas alturas.

Hospital de Enfermos Crónicos en Tepexpan

De Tepexpan podemos informar que cuatro años y medio después de la terminación de las nuevas instalaciones, en septiembre  éstas fueron ocupadas finalmente por  nuestros protegidos. Además, el Hospital cuenta con un nuevo director, quien no sólo parece ser una persona muy accesible y dispuesta a atender las necesidades de los internos, sino que además es especialista en medicina de rehabilitación, lo que seguramente redundará en beneficio de estas personas con discapacidad.

La Fundación sigue pendiente de las necesidades  del grupo de personas que atendemos desde hace años, encargándonos  de la reparación y adquisición de sillas de ruedas y procurando diversos medios auxiliares, como por ejemplo la adaptación de equipos acústicos para personas con deficiencia auditiva.

Cooperación con Chiautla

Como siempre, seguimos apoyando en lo posible  las actividades de nuestros amigos Ramón y Lili  en Chiautla. En los últimos meses esto implicó la adquisición de un equipo de FM para una niña de siete años con alto grado de deficiencia auditiva, que ahora se encuentra feliz al poder seguir las clases en la escuela.  Además pusimos a disposición varias andaderas y sillas de ruedas manuales así como colchones y cojines antiescaras. De momento, es la propia  Lili Ponce que nos tiene preocupados, ya que sufre de problemas cardiacos, hipertensión y trombosis y estuvo internada algún tiempo sin resultados contundentes.  En el interín pudimos ponerla en contacto con un excelente cardiólogo con vocación social y esperamos que gracias a un tratamiento adecuado recupere pronto un estado de salud aceptable.

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