El comienzo de este año se vio ensombrecido por las preocupaciones por la salud de Maricela Sánchez, que en enero sufrió una grave recaída. Debido al riesgo de un rechazo agudo del riñón transplantado había estado en tratamiento en el Hospital de la Raza del Seguro Social, donde se le dio de alta ante una respuesta insatisfactoria al tratamiento. Pocos días después esto derivó en una crisis que la llevó al borde de la muerte y que sólo logró superar gracias a los intensos esfuerzos del equipo en torno al médico que había llevado a cabo el transplante en una pequeña clínica privada en Toluca. Estos acontecimientos imprevistos dieron lugar a que nuestro modesto presupuesto se desequilibrara desde el principio del año, al grado que nos vimos en serias dificultades para cumplir otros compromisos.
Uno de éstos se relacionaba con la compra de tanques de agua higiénicos por parte de un número mayor de familias mazahuas de San Antonio de las Huertas. Dado que se trataba de una oferta a precio sumamente ventajoso, habíamos prometido facilitar la adquisición adelantando la mayor parte del precio y el costo del transporte, para que los compradores pudiesen pagarlos en pequeños abonos. En el mes de mayo se entregaron finalmente 33 tinacos y 2 cisternas, quedando pendiente para fecha próxima otro suministro similar.
Para una niña con discapacidad motriz en el mismo pueblo pudimos conseguir una silla de ruedas, cuyo precio fue cubierto en parte gracias a una colecta espontánea que realizaron entre sí las mujeres beneficiarias de nuestro proyecto.
Muy positivo y alentador fue en febrero el inicio del cultivo de setas a mayor escala en el galerón específicamente construido para tal fin. Por lo pronto, el producto tiene gran demanda en el pueblo mismo aunque a mediano plazo se está pensando en diversas posibilidades de comercialización en la ciudad. Don Ignacio Colín, experto en cultivo de hongos, quien había brindado una sólida instrucción en la materia a la gente de San Antonio, se mostró muy complacido con la calidad del producto y ofreció su apoyo también para la comercialización en el futuro.
Para las personas con discapacidad en Tepexpan y Chiautla encargamos y pagamos a nuestro técnico Noé Martínez la reparación de otras 13 sillas de ruedas manuales. De esta forma hasta ahora se rescataron un total de 27 sillas que habían sido desechadas en el Hospital de Tepexpan. Además entregamos varios colchones antiescaras así como refacciones para sillas de ruedas aparte de andaderas y bastones para adultos mayores con dificultades motoras. Asimismo seguimos sufragando los gastos de gasolina para el transporte de personas con discapacidad al centro de rehabilitación de la Asociación Derribando Barreras.
En el marco de un Foro Regional sobre la implementación de la Convención Internacional sobre Derechos de las Personas con Discapacidad, organizado a finales de junio por la Asociación Derribando Barreras en cooperación con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, expusimos las numerosas trabas burocráticas que dificultan la labor social de una pequeña ONG como la nuestra.
Finalmente cabe mencionar que seguimos apoyando con un pequeño subsidio para transporte y colegiatura a la estudiante de enfermería que regularmente nos informa sobre su rendimiento en los estudios.